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Vie, Dic 19, 2025

Los alimentos más seguros podrían elaborarse en una fábrica sin personal

Los alimentos más seguros podrían elaborarse en una fábrica sin personal

La automatización mediante robótica, IA e IoT promete elevar la inocuidad alimentaria al minimizar el error humano, garantizar la trazabilidad y monitorear Puntos Críticos de Control (PCC) 24/7. Aunque plantea desafíos como la inversión inicial y el desplazamiento laboral, el enfoque ideal radica en un modelo colaborativo donde la tecnología asuma tareas repetitivas y peligrosas. Este equilibrio permite a la fuerza laboral centrarse en la supervisión estratégica y la adaptabilidad.

Los fabricantes de alimentos tienen la importante responsabilidad de mantener la calidad y prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos. Eliminar la generación innecesaria de residuos requiere precisión, cumplimiento normativo y tecnología para apoyar a la fuerza laboral. Algunas entidades están experimentando con la robótica para mejorar las condiciones sanitarias y el bienestar de los empleados. La seguridad automatizada en la fabricación de alimentos puede ofrecer numerosas ventajas y desventajas similares, así que ¿cómo pueden las partes interesadas lograr un equilibrio?

Los aspectos más destacados de la seguridad en la fabricación automatizada de alimentos

Las tecnologías de automatización pueden incluir robots, inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IdC) y más. Programarlas para que funcionen en piloto automático con toma de decisiones basada en datos podría mejorar la limpieza de los alimentos y evitar que el personal se encuentre en entornos peligrosos.

Trazabilidad mejorada para retiradas más rápidas

Los retiros de alimentos acaparan titulares, minimizando el acceso a los alimentos y propagando enfermedades entre los ciudadanos. Los sistemas automatizados de seguridad en la fabricación de alimentos implementan una mayor supervisión para desalentar estas situaciones. La IA, los sensores y otros sistemas recopilan información sobre cada artículo que se procesa.

Todo tiene un registro digital, y la tecnología puede catalogar sus métricas críticas, incluyendo su grado y la presencia de bacterias dañinas. Apoya directamente marcos como la Iniciativa Mundial de Seguridad Alimentaria, que fomenta la trazabilidad. Los fabricantes pueden identificar fuentes problemáticas de alimentos y emitir retiradas de productos en minutos, en comparación con la prolongada intervención manual.

Reducción del error humano y la contaminación

Los humanos tienen el potencial de introducir más contaminantes en el lugar de trabajo que los robots. El personal puede dañar el producto sin saberlo, mientras que las cámaras con visión artificial y las luces ultravioletas automatizadas de desinfección podrían procesar los artículos sin esa posibilidad. Incluso si los empleados reciben capacitación en higiene y saneamiento, ocurren accidentes.

La automatización ayuda a los empleados a cumplir mejor con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC). Ambas directrices enfatizan la importancia de prevenir los peligros biológicos y químicos, que la maquinaria automatizada no introduce con tanta frecuencia como las personas.

Monitoreo Continuo de Puntos Críticos de Control

Reducir el riesgo de contaminación es beneficioso por múltiples razones, además de mejorar los resultados. Mejorar las prácticas de higiene alimentaria ayuda a las organizaciones a evitar costosas repercusiones legales, como demandas y multas, si ponen en peligro a la población. La automatización fortalece a las empresas al proporcionar una vigilancia constante de los productos alimenticios y evaluar su calidad antes de su envío a los supermercados.

Los sensores y otras herramientas pueden verificar parámetros críticos como la temperatura y la humedad para garantizar la seguridad alimentaria en todas las etapas del proceso. Los controles de automatización pueden modificar las condiciones ambientales en función de estas métricas ideales, garantizando así que los alimentos se mantengan en el entorno óptimo para su frescura y limpieza. Esto elimina la necesidad de que los trabajadores ajusten los termómetros constantemente, ya que la automatización puede activar alertas e implementar cambios las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

La realidad de los espacios de trabajo donde los robots son lo primero

Varias preocupaciones importantes plagan el discurso sobre la automatización, a pesar de su potencial para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos y optimizar los flujos de trabajo del personal. Los argumentos son válidos, aunque minimizan las ventajas que los robots podrían aportar a la seguridad alimentaria. Algunas de ellas incluyen:

  • Desplazamiento laboral: La automatización es más eficaz para replicar tareas tediosas y repetitivas, como inspecciones y clasificación. Estados Unidos estima que 100 millones de empleos se verán afectados por la IA y la automatización.
  • Alta inversión inicial: incluso si la seguridad es una prioridad, comprar tecnología y software de alto rendimiento y que cumplan con las normas podría excluir a las pequeñas y medianas empresas de tener mejores estándares de seguridad en comparación con las megacorporaciones con más capital.
  • Adaptabilidad mínima: Los trabajadores pueden programar robots, pero tienen limitaciones operativas. Los humanos son más flexibles y responden mejor a las condiciones cambiantes, mientras que reprogramar las herramientas de automatización podría consumir demasiado tiempo.

Si bien estas realidades existen, los trabajadores podrían reimaginar sus roles aprendiendo a mantener y trabajar junto con sistemas robóticos. La capacitación continua podría revitalizar la lealtad del empleado hacia su empleador, a la vez que establece una cultura centrada en la seguridad. Además, les permitirá trabajar junto con la automatización, ya que resalta sus fortalezas.

El camino hacia el equilibrio

Las partes interesadas pueden adoptar la robótica y la automatización para complementar la fuerza laboral, pero esto requiere una implementación gradual para fomentar la aceptación. Garantizar al personal que sus puestos de trabajo no corren peligro es esencial para establecer una cultura de colaboración productiva entre humanos y robots.

Implementarlas como complemento a sus esfuerzos, en lugar de como un reemplazo, es vital para inspirar el pensamiento crítico y la adaptabilidad propios de la fuerza laboral. Estas características deben permitir que las herramientas de automatización rindan al máximo. Esto impulsará a los trabajadores a confiar en los equipos automatizados, optimizando así sus flujos de trabajo.

Los técnicos pueden delegarles la mayor parte de la detección y clasificación de la contaminación, dejando que los equipos revisen su trabajo y lo reprogramen según surjan problemas. La mayor precisión y las habilidades de detección, incluso en entornos de lotes aleatorios de alta velocidad, les permiten mejorar sus habilidades y aumentar su alfabetización digital para lograr colaboraciones más productivas. La automatización libera a las personas de condiciones inseguras y les brinda oportunidades para realizar tareas más atractivas a lo largo de su jornada.

La receta para combinar el talento humano con la precisión automatizada

Los fabricantes de alimentos pueden aprovechar la automatización para mejorar el cumplimiento de la seguridad y el control de calidad, aunque existen ventajas y desventajas en cuanto al uso de robots y empleados. Es posible lograr un equilibrio que promueva la interacción productiva entre humanos y robots, a la vez que se reduce el desperdicio de alimentos y el riesgo de retiradas de productos y enfermedades. Los gerentes determinan el éxito de estas relaciones laborales implementando máquinas en función de sus fortalezas y dependiendo de la fuerza laboral para potenciar sus habilidades.

Fuente: foodsafety.com

4 diciembre 2025

 

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